La historia nos persigue desde atrás. Sólo en momentos muy especiales logramos montarla, cabalgar sobre ella hacia el futuro, tomar las riendas. Es una ilusión, pero lo suficientemente poderosa como para organizar los destinos de multitudes. Esa ilusión es la revolución. Si la izquierda había vivido la revolución social que significó la irrupción del peronismo desde la incomprensión y la perplejidad, Cuba en cambio inspiraba esperanzas y certezas. Situar a “Cuba Miliciana” como parte de la reflexión de la izquierda argentina sobre su relación con el peronismo en lugar de como parte de la historia del impacto de la revolución cubana en América Latina es, saludablemente, una provocación.